El tratamiento en la Nueva Medicina Germánica

Es importante comprender con más detalle en qué consiste el tratamiento en la Nueva Medicina Germánica (NMG).

Imaginemos que una espina muy fina se introduce en la piel de una persona sin causar dolor o con una molestia mínima, quedando atrapada bajo la epidermis. Si la persona desconoce la causa de su malestar, podría recurrir a analgésicos para aliviar el dolor, cremas para reducir la inflamación e incluso antibióticos para "combatir" una posible inflamación purulenta.

Sin embargo, esta “terapia” es errónea, ya que no atiende la verdadera causa del problema. Si la persona supiera que su malestar se debe a una espina, simplemente utilizaría una pinza (quizás con ayuda de una lupa) para extraerla. El tratamiento correcto parte del principio de identificar la causa real y actuar adecuadamente para solucionarla.

De la misma manera, la Nueva Medicina Germánica busca comprender la raíz de la enfermedad. Por ejemplo, en el caso del cáncer, se trata de encontrar el evento biológico inesperado (DHS) que activó un Programa Biológico Especial (SBS). Este proceso, comúnmente denominado enfermedad, es en realidad un mecanismo natural de adaptación del cuerpo. La clave del tratamiento es resolver el conflicto biológico subyacente.

Una vez que el cerebro detecta que el conflicto biológico ha sido solucionado, el proceso biológico especial se revierte, dando paso a una fase de reparación en la que el organismo restablece la homeostasis (equilibrio y bienestar corporal).

En principio, cualquier paciente podría llevar a cabo este proceso por sí mismo, solo conociendo y comprendiendo bien las 5 Leyes Biológicas, que son fáciles de entender. Sin embargo, en otros casos, la comprensión de estas leyes no es inmediata, por lo que el paciente puede ser acompañado por un terapeuta de la NMG. Idealmente, este terapeuta debería ser un médico convencional con conocimientos en estas leyes, pero, lamentablemente, en la actualidad la mayoría de los terapeutas en NMG no son médicos.