Sobre el biomagnetismo

Existen numerosas terapias alternativas de gran utilidad, entre las cuales se encuentra el biomagnetismo. No obstante, quizás sería más apropiado denominarlo "magnetismo mineral", ya que la herramienta fundamental no es un ser vivo biológico, sino un mineral, es decir, imanes que pertenecen al reino mineral.


En el siglo XVIII, el médico alemán, el doctor Anton Mesmer, descubrió el "magnetismo biológico". Aunque inicialmente utilizaba el imán (un mineral) como herramienta, más adelante descubrió el magnetismo biológico, empleando las manos, que son biológicas. Él lo denominó «Animalischer Magnetismus» (magnetismo del ánima, de la fuerza vital). En la actualidad, esta terapia también se conoce como mesmerismo.

De esta terapia se derivó la hipnosis, por lo que Anton Mesmer es considerado un precursor del hipnotismo.

A menudo, estas terapias se catalogan como alternativas y no cuentan con reconocimiento científico.

Por el contrario, las 5 Leyes Biológicas son descubrimientos científicos empíricos del Dr. Hamer de la Universidad de Tübingen, Alemania.

Si una terapia alternativa no aborda la causa, podría ser una terapia paliativa, es decir, que solo alivia los síntomas sin tratar la raíz del problema.

La Nueva Medicina Germánica aborda la causa, y por ende, su terapia es mucho más profunda.

Por ejemplo, existe evidencia científica que respalda que la mayoría de los microbios en el organismo humano son simbiontes, es decir, beneficiosos y desempeñan funciones biológicas importantes.

Si alguna terapia alternativa intenta eliminarlos, contradice la evidencia científica.

Estudiar la 4ta Ley Biológica sería de gran ayuda para comprender este último punto.

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