Dermatofibrosarcoma protuberante
Según la medicina convencional
El dermatofibroma protuberante, debe considerarse un fibrosarcoma cutáneo primario bien diferenciado. Estos tumores son de crecimiento lento y, aunque son localmente agresivos y pueden recidivar, pocas veces metastatizan. Clínicamente son nódulos sólidos firmes que asientan con más frecuencia en el tronco. A menudo forman tumores agregados «protuberantes» dentro de una placa o nódulo firme (indurado), que en ocasiones puede ulcerarse.
Morfología. En el análisis microscópico, estas neoplasias son celulares, compuestas por fibroblastos con disposición radial que recuerdan a las palas de un molinete, según un patrón denominado estoriforme. Las mitosis son infrecuentes. A diferencia del dermatofibroma, la epidermis supraadyacente suele estar adelgazada. Es frecuente la extensión profunda desde la dermis a la grasa subcutánea, con un patrón en «panal» característico (fig. 25-18B, C). Estos tu-mores pueden emitir en profundidad tabiques fibrosos hacia la hipodermis y, por tanto, precisan una resección más amplia de lo que parece necesario para evitar la recidiva local.
Patogenia. La caracteristica molecular del dermatofibrosarcoma protuberante es una translocación equilibrada entre los genes que codifican el colágeno 1A1 (COL1A1) y el factor de crecimiento derivado de plaquetas ß (PDGFB). Produce una yuxtaposición de las secuencias promotoras COL1A1 y la región codificadora de PDGFB; esto conduce por turnos a la sobreexpresión y secreción de PDGFB que a su vez dirige el crecimiento celular tumoral mediante un bucle autocrino. Dichos genes de fusión están siendo identificados con más frecuencia en una amplia gama de tumores, incluyendo carcinomas." Aunque el tratamiento principal es la resección local amplia, en casos en los que esta opción no resulta adecuada se usa el mesilato de imatinib, un inhibidor de tirosina cinasa que inhibe la activación del receptor PDGFB y tiene una intensa actividad antitumoral. La interrupción del tratamiento permite de nuevo el crecimiento del tumor, incluso tras un tratamiento a largo plazo, por lo que este fármaco debe administrarse de por vida.
FIGURA 25-1-A: Histiocitoma fibroso benigno (dermatofibroma). Esta pápula parda firme en la pierna.
FIGURA 25-1-B: tiene una proliferación localizada de células fusiformes de aspecto benigno en el interior de la dermis.
FIGURA 25-1-C: Obsérvese la hiperplasia epidérmica supraadyacente característica y la tendencia de los fibroblastos a rodear los haces de colágeno individuales.FIGURA 25-18-A: El tumor corresponde habitualmente a un nódulo eritematoso color piel y tiene aspecto fibroso al corte.
FIGURA 25-18-B y -C: Celularidad en remolino característica, y la lesión invade a menudo la hipodermis de modo análogo a un «queso suizo».
Fuente: Robbins Y Cotran, Patologia Estructural Y Funcional, 8ª Edición, capítulo 25 La piel, págs. 1183 ss.
Sentido biológico según las 5 Leyes Biológicas
El proceso biológico del dermato fibrosarcoma que sucede en tejido subcutáneo, ya sea el tejido conjuntivo o el tejido adiposo es disparado por un conflicto de desvalorización.
El sentido biológico es debilitar el tejido para que cuando se resuelva el conflicto este quede más fortalecido para así estar más adaptado a la situación de necesidad biológica.
Si la dermis suprayacente dispara un conflicto biológico de ataque entonces habrá un crecimiento celular en la dermis (melanoma) en la fase del conflicto activo que será degradado con micobacterias en la fase de solución. El crecimiento puede protuberar sobre la epidermis. lo que se denomina dermatofibrosarcoma protuberans.
El sentido biológico aquí es mayor protección contra ataques, pero en la fase de solución se busca retornar al estado original.
Comentarios según la visión de la medicina germánica
Según la medicina convencional, el dermatofibrosarcoma protuberante casi nunca metastatiza.
La teoría de las metástasis fue propuesta por Rudolf Ludwig Karl Virchow (1821-1902) a principios de 1880. La medicina convencional afirma que en general, las metástasis se desarrollan cuando las células cancerosas se desprenden del tumor principal e ingresan al torrente sanguíneo o al sistema linfático del cuerpo.
Hay científicos que afirman que esta teoría es errónea ya que jamás se vio células metastásicas en el torrente sanguíneo. La pregunta de cómo una célula hepática se convirtiera en una célula ósea después de navegar por el torrente sanguíneo o el sistema linfático aún no ha sido respondida.
Según la medicina germánica la teoría de las metástasis es considerado un dogma jamás comprobado científicamente y por lo tanto no real.
Nuevas teorías están surgiendo para defenderla como en la que ya no son las células las que viajan, sino solo ciertas partículas celulares que emiten las células llevando la información para generar un cáncer en otro tejido específico del cuerpo.
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